El Poder Oculto en Mazatlán: Afectos Políticos que Gobiernan en la Sombra
I. Fernando Pucheta y su protegido político: Martín Ochoa López
Aquí no se trata de romance, sino de protección política pura y dura. Martín Ochoa López llegó a Mazatlán como administrativo de tercer nivel en la Marina, sin un patrimonio notable y sin influencia. Pero encontró el respaldo de Fernando Pucheta, y desde entonces, su ascenso ha sido meteórico.
- Fue Recaudador de Rentas.
- Fue Titular de Capta.
- Fue Secretario de Desarrollo Económico Municipal.
- Fue Presidente del PRI Municipal.
- Y hoy es Regidor por Morena (por cuota de Pucheta).
Porque los afectos, en política, pagan mejor que cualquier currículum.
II. El Químico Benítez y Gabriela Peña Chico: del llano a los millones
Luis Guillermo “El Químico” Benítez Torres y Gabriela Peña Chico llegaron al poder sin grandes bienes, empresas, capital o patrimonio relevante. Durante su gobierno, hubo desvíos millonarios, adjudicaciones opacas y señalamientos de corrupción sistemática, mientras la pareja ascendía.
No es romanticismo. Es contabilidad.
III. Edgar González y María Teresa Apodaca: la excepción digna
En medio de tantos casos de amores que se convierten en riqueza, la historia de Edgar González Zatarain y su esposa, María Teresa Apodaca, destaca por su integridad y responsabilidad en medio del poder.
IV. El capítulo actual: Estrella Palacios y el ascenso multimillonario de Román Lizárraga Quintero
Estrella Palacios Domínguez, presidenta municipal, y su esposo Román Lizárraga Quintero, muestran un caso de ascenso meteórico en el poder municipal, con acusaciones de favoritismo y control absoluto sobre decisiones y contratos.
V. ¿Qué nos queda?
Mazatlán merece instituciones, no relaciones basadas en afectos políticos que desvían la atención de lo verdaderamente importante.
Conclusiones:
- Los afectos en política pueden producir ascensos rápidos y beneficios desmedidos.
- La transparencia y la imparcialidad deben ser principios fundamentales en la gestión pública.
- Es responsabilidad de la ciudadanía exigir instituciones fuertes y libres de influencias indebidas.



