Renuncia de Alejandro Gertz Manero como Fiscal General de la República

Factores que llevaron a su renuncia

El jueves 27 de noviembre de 2025, Alejandro Gertz Manero presentó su renuncia como titular de la Fiscalía General de la República (FGR), cerrando un periodo que inició en 2019 y que originalmente estaba previsto concluyera en 2028.

• Pérdida de confianza del nuevo gobierno: Su relación con la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum y con el Gabinete de Seguridad se deterioró en las últimas semanas. Según fuentes parlamentarias, Gertz dejó de ser considerado “confiable al 100 %”, lo que habría motivado presión para que saliera del cargo.
• Desarticulación operativa y filtraciones internas: Se le reclama falta de colaboración con dependencias clave, filtraciones de información sensible y mala coordinación con fiscalías estatales, algo especialmente delicado en materia de seguridad.
• Acusaciones de irregularidades y cuestionamientos éticos: Durante su gestión, Gertz Manero fue señalado por presunto tráfico de influencias, colusión y uso indebido de facultades, denuncias que llegaron a generar desconfianza dentro y fuera del gobierno.
• Presión política y necesidad de redefinir la estrategia de justicia: En un momento en que el país busca fortalecer el combate a la corrupción y mejorar los resultados en casos sensibles, su permanencia ya no era compatible con la estrategia de la nueva administración, lo que abrió paso a su salida negociada.

Con estos antecedentes —ruptura institucional, críticas a su gestión, señalamientos judiciales y desgaste político— la renuncia de Gertz Mannero marca el cierre de una etapa compleja en la FGR y da paso a una reestructuración del liderazgo en procuración de justicia.

Conclusion

La renuncia de Alejandro Gertz Manero como Fiscal General de la República fue motivada por una serie de factores que minaron su confianza y credibilidad, llevando a su salida del cargo.

Principales puntos a tener en cuenta:

• Pérdida de confianza del gobierno.
• Desarticulación operativa y filtraciones internas.
• Acusaciones de irregularidades y cuestionamientos éticos.
• Presión política y necesidad de redefinir la estrategia de justicia.